Poniendo rumbo a España

A nadie se le escapa que nuestro país, se encuentra hoy en una situación crítica, lo contrario, es no querer decir la verdad. Cruda realidad, pero en su reconocimiento, no ocultación, como hasta el último momento ha hecho el anterior gobierno, está el principio de su superación.

Realidad, que está superando las hipótesis de trabajo más pesimistas del nuevo ejecutivo, que se ve obligado a enfrentarse a un déficit público de un 8% del Producto Interior Bruto, cuando el objetivo al que se había comprometido el gobierno era del 6%, diferencia de un 2% equivale a una desviación de nada más y nada menos que de 5.000 millones de euros. Todo ello, sin conocerse aún “la verdad” de las cuentas andaluzas.

Esta tremenda situación, conduce simple y llanamente a que se dude de España, pues no es otra cosa lo que reflejan los mercados, hay que decirlo claro. Y esto es algo ante lo que un gobierno, como el del Partido Popular, no puede quedar impasible, tiene que tomar medidas, aún siendo algunas de ellas, ciertamente dolorosas.

Es irrenunciable marcar un nuevo rumbo, hacia la generación de confianza, estabilidad y creación de empleo. Todo cambio de rumbo, produce un notable zarandeo, incluso puede que algún golpe, si la mar está tan alterada como en estos momentos la economía mundial, y la europea en particular. Pero cuando el barco corre peligro de choque y hundimiento, hay que entender que el giro es absolutamente necesario.

Este es el escenario, en que personas como nuevo Presidente del Gobierno han tomado el timón. Europa y el mundo, no puede seguir pensando, que decimos que vamos a fijarnos un objetivo de déficit, para luego no alcanzarlo, como el gobierno anterior. Nos hemos comprometido ante la Comisión Europea de que nuestro déficit para el año que acaba de empezar se situará en el 4,4% del Producto Interior Bruto, y esto en la situación actual, también hay que decirlo, no va a ser nada fácil de conseguir, pues significa reducirlo casi a la mitad en un solo año, pero no nos queda otra. Lo contrario, nos conduciría a una pérdida de credibilidad, y la salida de entre los países desarrollados, con unas consecuencias sobre la población, infinitamente superiores a la de una pequeña y temporal subida de la presión fiscal.

El nuevo gobierno, tiene por delante una ardua labor, de ajustes y cambios que no pueden focalizarse sólo en la subida impositiva, y en este sentido está haciendo el mayor esfuerzo, para no perjudicar socialmente a los españoles, y esto debe entenderse y comprobarse, con actuaciones como la de optar por el impuesto más social, como el IRPF, que grava más a los que más tienen, al tiempo que mantiene intactas las pensiones y la prestación por desempleo.
Pero la tarea de reducción del déficit público tiene que continuar, de ahí la aprobación de la Ley de Estabilidad Presupuestaria, como primer paso, a la que han seguido la reforma laboral y regulación financiera.

Estamos probablemente en el momento más duro de las actual crisis, de cambios históricos que marcaran el futuro de nuestro país por décadas, está en juego ni más ni menos que la forma y la calidad de vida de los jóvenes y las próximas generaciones, y una corrección de rumbo de este calado y en estas circunstancias, exigen de un gran esfuerzo y sacrificio, para alejarnos de la corriente del deterioro económico, por la que aún nos vemos arrastrados. Nuevo rumbo, que nos permita trazar la ruta de un marco estable, de libre competencia sin distorsiones, en la que finalmente crezca la economía y el empleo.

Por ello tenemos que empezar por ser consciente de la realidad, y de lo que nos estamos jugando, y no dejarnos engañar una vez más, por los que no quieren seguir mirando para otra parte y decirnos sólo lo que queremos oír. Hay muchas cosas que sólo se han mantenido con el endeudamiento y más endeudamiento, alguna vez había que cambiar, y a eso estamos dispuestos muchos españoles, para lo pedimos comprensión, en la seguridad de que somos capaces de salir de esta, aún siendo conscientes de que no va a ser posible sin esfuerzos y sacrificios, preservando en todo lo posible nuestro bienestar social. Quién diga lo contrario, miente una vez más, en lugar de actuar con responsabilidad.

Sin comentarios por el momento.

Deja una respuesta