El blog de José Blas Fernández

Un laboralista del siglo XXI

EL DIÁLOGO SOCIAL YA NO EXISTE

         El Ministerio de Trabajo ha querido recuperar  una reforma de los subsidios por desempleo que no salió adelante el pasado mes de diciembre, pero sin embargo la Ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, ha sacado de nuevo un texto con el apoyo exclusivo de los Sindicatos y sin el voto favorable  de la Patronal que es  una nueva “paguita” para los beneficiarios del subsidio extraordinario por desempleo. Es más, entre las muchas novedades de esta reforma incluye la posibilidad de compatibilizar un empleo a jornada parcial o completa con el cobro, tanto del subsidio como de la prestación por desempleo, eliminado al parecer subsidios parciales, pero determinando que todos los trabajadores cobrarán la ayuda  completa, sea cual fuere su jornada de trabajo y es más, anuncia que va crear dos nuevas prestaciones sociales que desconocemos de qué y para qué son.

         El país está cada día  más endeudado, pero el que un trabajador cobre un subsidio e incluso lo pueda simultanear con una jornada de trabajo total o parcial es provocar que nadie se dé de alta en Seguridad Social, pues este enjuague de cobro de subsidio y trabajo por cuenta ajena como será al parecer, creará  un confusionismo en la economía sumergida que ya inclusive hasta la propia Inspección de Trabajo no va a saber a qué atenerse cuando alguien esté prestando un servicio y a la vez cobre el subsidio.  Toda esta galimatías de crear estómagos agradecidos y de “vender” que este nuevo panorama social nace del diálogo social es una pura falacia. En primer lugar porque un diálogo social es el contenido de discusiones y acercamientos entre la patronal y sindicatos, cosa que aquí no ha ocurrido, pues la patronal con buen criterio dice que no posee un estudio de impacto de estas nuevas prestaciones, es decir,   no conoce de dónde saldrá el dinero, quienes lo pagarán y si en esa parte de jornada que se trabaje compatibilizada con el subsidio existirán bonificaciones para las empresas, pero lo más importante es que el Ministerio da un brindis al sol hablando y regalando “paguitas” cuando también habla de un recorte para las futuras pensiones de estas personas. Y lo más importante, si no tenemos presupuestos aprobados para el 2024, de dónde va a sacar el dinero la Sra. Ministra, ya que en  los presupuestos prorrogados del 2023 no se contemplan.

         Creo que estamos llegando a cotas que nunca se pensaron que ocurrieran, pues hablar de dialogo social como si fuera la moneda de cambio en el mundo del trabajo es incierto  cuando sólo lo han acordado hasta ahora la Ministra y los sindicatos que la cortejan, por lo que de dialogo nada de nada e imposición tipo Venezuela  todo. No se puede estar engañando a la gente  con promesas  de dinero público como si ello  no lo pagase nadie, por lo que el déficit que se nos avecina y el desastre de la Seguridad Social no sabemos quién lo va a arreglar y posiblemente se atisban unas elecciones generales que en fecha no muy lejana se van a producir, porque  una legislatura sin presupuestos y sin dirección política como está ocurriendo va a dejar a  España como cuando pasaba el “caballo de Atila” y de bulos, mentiras y fango ya están los contribuyentes cansados y mucho me temo que una vez que la máquina de hacer dinero se pare,  porque no tenga  mecanismos para poder volver a arrancarla, no sólo España estará despoblada, sino que  la crisis del 2008 se quedará corta en los futuros meses que se nos avecinan.

         Para terminar, los españoles estamos cargados de impuestos y cansados de que todas las administraciones nos metan la mano en el bolsillo. No tiene parangón el que tanto hablar de subsidios,  de paguitas  y de subidas de salarios a costa de los demás oculten descaradamente el alto desempleo juvenil y  femenino y  en definitiva seguimos a la cola de Europa  y  con unas Cortes Generales con total falta de credibilidad, pues  en lugar de proponer leyes  con futuro, se está dedicando este Gobierno a que una vez orillado el parlamentarismo según la Constitución, juguemos solo a una imposición gubernamental.