El blog de José Blas Fernández

Un laboralista del siglo XXI

EL ABSENTISMO LABORAL SE DISPARA Y YA TIENE SECUELAS IRREPARABLES.

       Tras la pandemia, tal vez por la situación  que se atravesaba en la salud,  no existió el absentismo  que  posteriormente a ella tuvieron las empresas, teniendo unos porcentajes muy bajos que incluso hicieron aumentar la productividad  y beneficios alcanzándose objetivos  importantes. Todo esto se ha ido desmoronando y hoy es tal el absentismo laboral que se produce por bajas de enfermedad, accidentes, natalidad y distintos conceptos legales y retribuidos que  están produciendo una grave crisis en las empresas y no digamos en las pymes y micropymes,  donde la ausencia de los trabajadores conlleva la paralización  de las distintas fórmulas que estas tienen en su producción y  relaciones en el mercado  económico.

         Hoy día, este absentismo que estamos viviendo podemos centrarnos como ejemplo en los empleados de correos, donde de una plantilla de 47.000, cada día están de baja casi 5.000 trabajadores, con la particularidad que no se cubren dichas ausencias y ello  sumándose a las jubilaciones, vacaciones y amortizaciones están en auténtica precariedad.

         Las empresas públicas están  ya en  el 10% del absentismo, donde si enumerásemos  el número de cada empresa la producción no se articula y donde en determinados sectores públicos  no pueden dar los servicios que tienen encomendados y que no hay formula para sacarlo a la superficie. Es decir, se encuentran prácticamente con paralización de muchas tareas  que están provocando crisis de todo orden y rechazándose contratos de multinacionales que emigran para otros países.

         Posiblemente se atribuyan a estas  bajas el descontrol  y la necesidad de mayores  servicios médicos que tienen las CCAA, pues en gran mayoría como consecuencia de los convenios colectivos,  el trabajador percibe el 100%  del salario estando de baja médica y eso está produciendo en las mutuas de accidentes que son las verdaderas pagadoras de estas incapacidades temporales   una ruina,  porque  abonan entre el 60% y 75%, por lo que, o se articula un sistema de control responsable, con un verdadero estudio de las bajas por incapacidad temporal, así como  las recaídas de las mismas,  o el caos está servido.

         Es cierto que  los servicios sanitarios de las CCAA son los responsables en gran medida de las bajas  por enfermedad o accidente no laboral, pues con la simple petición  de la baja de un trabajador y la falta de especialistas que controlen estas incapacidades temporales nos metemos en   muchos casos en bajas que duran más de un año y  si tocamos  las que corresponden a salud mental, entonces nos perdemos. Podrán decirme que el trabajador que se lesiona o está de baja por enfermedad es cierto que  en muchos casos  puede estar justificado, pero lo que no es justo es que una dolencia  que mantiene una lista de espera de especialidades o una intervención quirúrgica por falta de medios o de facultativos, tiene solución  si la sanidad que es pública acometiera  con voluntad  y rapidez   lo que está ocurriendo, pues desde la baja que produce el médico de familia hasta que un especialista determina la lesión o el diagnostico pueden pasar meses y no digamos si se está pendiente de alguna intervención quirúrgica. El caso que he expuesto de Correos, hay que extrapolarlo a la administración, donde  el fondo del absentismo es prácticamente el mismo, pero en una pyme donde  se da el caso que de una plantilla de 6 trabajadores,  3 o 4 están de baja médica y con larga duración, no hay quien soporte ni el mantenimiento de la plantilla, ni la falta de producción y de mercado en que las empresas están metidas y no  digamos si el empleador tiene un sólo trabajador que le asista en sus servicios profesionales o en su realización  comercial, porque entonces se pierde la inmediatez y deja de ser rentable ser trabajador por cuenta propia.

         Está claro que el absentismo  puede manifestarse de diversas formas, pues afecta no solo a las empresas sino también  a los trabajadores que no están de baja médica, puesto que el trabajo no realizado conlleva una carga mayor  para los activos, pero lo que no puede ser es que España, junto a Francia y Portugal lideren el absentismo laboral por incapacidad temporal entre los países de la Unión Europea, lo que  está conllevando a  una falta de competitividad de las empresas  y supone  la pérdida de horas lectivas que también imposibilita ofrecer ciertos servicios que quedan  en el sueño de los justos y las graves consecuencias para las empresas.

         En definitiva, el absentismo laboral posee buena y mala fe, justificación de muchos e injustificación de otros, pero si el control de esas bajas  se entrega a verdaderos especialistas que luchen contra la picaresca y no se es tan permisivo como ocurre al obtener una baja médica, la situación mejorará, pero hoy en España darse de baja es fácil y la picaresca en esto está a la cabeza de  muchos de los que  la utilizan. Por tanto, antes de  hablar de la reducción de jornada, arreglemos  con buenas medidas  el que estas bajas se incorporen  a la mayor brevedad, pero si no, una cosa con la otra producirán las graves consecuencias  que hoy vienen creciendo en el mercado de trabajo.