Cada día que pasa es más palpable la desorientación política y la falta de nivel y cordura de una parte de la clase política, pue no son capaces de abordar y menos gestionar, cuestiones de calado que en estos momentos con un sentido común, dedicación y voluntad pueden ser ordenadas muchas situaciones que ya agobian de manera espeluznante al pueblo español. Las redes sociales están cada día más revueltas, pues los enfrentamientos políticos y las erráticas estrategias de quienes gobiernan donde no se distingue lo esencial de lo innecesario, nos está llevando a cotas muy lejanas por no decir de grandes atrasos, así como de endeudamientos físicos y morales que están haciendo tanto de la juventud como de quienes ya maduran la vida personas sin rumbo y sin forma aparente de continuar en este revuelto escenario que estamos viviendo.
Esta desorientación ya es preocupante, pues parte de la sociedad acude como meros observadores a ver como el país se derrumba y cómo nadie pone orden en tantísimas batallas políticas que hacen que miremos para otro lado y tengamos el concepto de los políticos como meros payasos de la vida cotidiana, pues ni Europa es capaz de poner orden.
Hoy, todo el mundo critica el desgobierno que tenemos y en tertulias y mesas redondas es claro ver el enfrentamiento, incluidos de los periodistas, que debaten temas que ya a la sociedad civil les trae sin cuidado por lo cansino y teatreros que actúan en temas de pura necesidad como estamos hoy viviendo los españoles. Todo es desde la pandemia una pura improvisación y lo que es peor, una desilusión por la política que conlleva un camino tan poco confortable y que está haciendo un daño trascendental en la democracia de España. No vemos un horizonte claro, asistimos al derrumbe del Estado de Derecho y cómo todos intentan barrer para adentro, criticar al adversario y sacarle los trapos contra más sucios mejor para así creerse que la sociedad está pendiente de esto, cuando es todo lo contrario, pues las diferencias ideológicas están basadas en unos “protocolos” para colocarse y tener un buen sueldo y llenar de amigos y asesores las sedes de los partidos para tener un clientelismo desbordado y aparentar ante la sociedad que ese es el modelo político para seguirles, cuando la gente está tan asqueada de la política que ya no creen más que en su propio trabajo y en tener una sociedad de gente, no mentirosa y seria que acabe con todo lo que estamos viendo.
Desde nuestra Constitución hasta hoy han pasado muchos años, pues conservadores y progresistas, derechas e izquierdas, reformistas y revolucionarios y un largo etcétera confrontaron un orden y un seguimiento como modelo, pero hoy todo vale y aquí no hay más que un populismo desbordado que es el que determina con mal estilo el desorden político que vivimos en España. El comportamiento de los españoles es alucinante y estamos atónitos de lo que vemos a diario, pues políticos imputados, la mujer del Presidente pendiente de conocer su futuro judicial, un Fiscal General del Estado que es registrado e imputado por el Tribunal Supremo, ex ministros llenos de corrupción, millones que se gastan en situaciones inservibles y una falta de credibilidad en los gestores que nos hace pensar que tanto las encuestas manipuladas como los discursos de políticos que defendían el feminismo y luego caen vergonzosamente en hacer lo que denuncian de otros, concluye que la desorientación es palpable, pues cada día tenemos un asunto nuevo que eclipsa al del día anterior y es tal el desorden en el que la clase política se ha metido que consideramos y muchos lo ven así, que España no tiene arreglo a corto plazo.
Para terminar, lo que nunca se esperaba y que necesitábamos para llenar los pantanos nos hace una visita climatológica y nos deja sin aliento a gran parte de país con la muerte inesperada de ya más de un largo centenar de conciudadanos que pierden sus vidas y encima los damnificados tienen que acudir a autoabastecerse y a confiar en los vecinos y familiares porque el Presidente del Gobierno estaba de viaje en la India y preocupado más por la celebración del Pleno de RTVE y así colocar a sus amigos de coalición, pleno que no fue suspendido pese a la catástrofe que se vivía, como sí hicieron con otros plenos y su comparecencia para responder a tantas desvergüenzas.
España está desorientada, a la oposición no le hacen ni caso y es tal la desfachatez que posee esta democracia que entre el oro de Venezuela y la corrupción existente es necesario disolver las Cámaras, tener pronto unas elecciones y que partamos de cero porque la deuda nos come, la juventud no encuentra empleo y este Gobierno de coalición ya no tiene valor ninguno.
Desde aquí mi dolor y pesar por lo ocurrido en la Comunidad Valenciana y el sur de España y esperemos que pronto estos pueblos puedan ver la luz y seamos solidarios con todo ese dolor que están padeciendo.