Tras la renovación del CGPJ y reformar la ley del mismo, gracias al pacto de renovación que con el aval de Bruselas llevó a cabo el Gobierno en manos de su Ministro Félix Bolaños y del ViceSecretario del PP Esteban González Pons, se firmó algo que ya olía por no decir que apestaba a viejo, una renovación del CGPJ para un mandato de cinco años. Tras este acuerdo, donde se eligieron a diez vocales progresistas y diez conservadores, expresiones totalmente adulteradas porque ni son progresistas ni son conservadores, sino representantes de la judicatura, se llevó a cabo la elección de la Presidenta de dicho Consejo, Dña. Isabel Perelló Doménech (Real Decreto 888/2024, de 3 de Septiembre), que es en definitiva la que tendrá que dirimir muchas cuestiones ante tantas situaciones y votaciones de empate que van a florecer en estos próximos años, pero ante ese giro o acuerdo donde se esperaba y se espera un futuro de consenso, nos encontramos con la pura realidad donde la división permanece y al día de hoy no existen acuerdos con el suficiente quorum para cumplir dos compromisos que en mi parecer son los más importantes, pues no se pueden abordar los nombramientos ni se cumple o cumplirá el plazo que termina el 6 de Febrero para entregar una propuesta a las Cortes Generales para llevar a cabo el sistema de elección de los vocales, una cuestión que de nuevo enfrenta de forma torticera y falto de rigor a estos dos sectores llamados conservadores y progresistas, porque cada uno quiere colocar a quien considera más proclive a las ideas de los partidos políticos que les nombraron a ellos , tanto en el Congreso como en el Senado.
Este nuevo sistema de elección de los vocales del CGPJ no es más que cumplir con la disposición adicional incluida en la Ley aprobada como consecuencia del Pacto de renovación, la cual establece que en el plazo de seis meses, el CGPJ presentará una propuesta que tras ser evaluada positivamente por el informe de la Unión Europea se elegirá cuanto describo. En definitiva, estamos sin acuerdo, dando otro mal ejemplo para la democracia, pues el sector progresista entiende que no debe renunciarse a que los nuevos cargos se lleven a cabo por elección del Congreso y del Senado y los conservadores pretenden hacer alguna cesión para que puedan ser ocho y no doce los vocales del CGPJ elegidos directamente por los jueces, algo que tampoco se lleva a cabo y donde la Presidenta, Isabel Perelló, queda en el limbo, pues no sabe a qué atenerse, ya que le faltan votos para cumplir con el final del sistema de elección.
En resumen, estamos ante una distancia muy corta de días para el próximo 6 de Febrero, lo que las propuestas o conversaciones llevadas a cabo no terminan en nada, aun cuando algunos pretenden y confían que en los últimos días se trabaje alocadamente para llegar a un acuerdo que ni sea la propuesta del PSOE ni la propuesta del PP, ya que de nuevo ante la ambición de las presidencias de algunas salas del Tribunal Supremo, presentadas en Diciembre, no existe un sistema que garantice la intervención de las Cortes Generales. Creo que la situación de la Justicia siempre estará manipulada por políticos, pues estamos de nuevo, por culpa de ellos, ante muchos nombramientos que se encuentran bloqueados, pues el CGPJ se está enfrentando al duro trabajo de designar más de cien plazas pendientes en órganos como son el Tribunal Supremo, los Tribunales Superiores de Justicia, la Audiencia Nacional o las Audiencias Provinciales, independientemente de cubrir las presidencias de sala en el Tribunal Supremo.
Todos sabemos que el actual CGPJ tiene mayoría progresista, pero está obligado al consenso para poder alcanzar los trece votos necesarios para un nombramiento y, por el momento y al día de hoy, no existe acuerdo alguno sobre ninguno de los candidatos propuestos. Tenemos una variedad de nombres para la Sala de lo Contencioso, Penal, etc., y el próximo día 29 de Enero habrá un Pleno para aglutinar hasta cincuenta nombramientos, pero tal y como están las cosas no se harán realidad ante la falta de acuerdo y todo está circunscrito al interés del sector progresista para colocar en las salas claves de lo Contencioso y de lo Penal a personas que pueden ser del sector más cercano al PSOE, pero que los trece votos necesarios para ello nos harán de nuevo tener la desilusión de que magistrados que son independientes y ante la persecución política a éstos por el ejecutivo, o no se renueva lo previsto, o por desgracia el CGPJ se descarrilará nuevamente.
Los que vivimos en el mundo del Derecho estamos apesadumbrados porque pese a tener una Presidenta con la cabeza bien amueblada, existen dos sectores igualados en votos que guiados e inducidos por quienes los han puesto marean la perdiz y ni la independencia existe, ni la gestión que la Justicia necesita tendrá un final feliz.