El blog de José Blas Fernández

Un laboralista del siglo XXI

LOS JÓVENES EMIGRAN DE ESPAÑA

         En estos  momentos, el país de Europa que más desempleo acumula es España, sin duda alguna, creciendo notablemente  el conjunto de jóvenes y mujeres que son los que más perjudicados se encuentran. La salida de las carreras universitarias sigue siendo la meta en las personas jóvenes, pero al terminar éstas se desvían masivamente para hacer oposiciones   y de no  sacarlas y ejercer actividades que nada tienen que ver con sus estudios, dentro de las administraciones o empresas públicas, se comprueba que en el 2023 han abandonado nuestro país más de medio millón de jóvenes españoles. Es decir, la pérdida de tantos jóvenes supone que dejan en evidencia al sistema y los que pueden ser el futuro de España como talentos huyen en busca de una buena pasta,  porque el mercado laboral en España no puede absorber a tantísimas personas.

         A todo esto, tenemos que agregar que  también en España se cerró la tasa del paro juvenil en un 28,36%, lo que significa que otros  cerca de 500.000 jóvenes, entre 16 y 24 años,  están en disposición de trabajar, pero no consiguen empleo alguno, lo que pone de manifiesto no sólo la huida de este sector de la población, sino que nos estamos quedando sin jóvenes dotados de valores intelectuales importantes y lo que es peor,  estamos pagando la formación de miles de personas jóvenes y luego se están beneficiando de su buen hacer otros países  que incluso hacen posible la prosperidad de sus empresas gracias a la emigración española.

         Hablar del número de  parados en España es algo que ni se conoce. El Gobierno lo situó en más de 2.727.003 desempleados, pero,  sin embargo,  no están contando con los fijos discontinuos que ni saben  cuántos hay  y que en definitiva cobran el desempleo como los restantes, estimando que el desempleo en España en estos momentos está en cerca de cuatro millones de parados. Por eso, ahora, quien dar tantas “paguitas” y simultanear desempleo con trabajo.

         Tras esta pequeña exposición de la huida de los jóvenes, hay que contar por desgracia con un 17,2% que no están en educación, empleo o formación, lo que supone 2,5 puntos más que la media de los países de la OCDE, pues la propia Unión Europea está denunciando que España es el país con más jóvenes sin  bachillerato ni FP, lo que traducido viene a calificarse como un abandono escolar  que está perturbando el futuro del país y curiosamente  las Comunidades con datos inferiores a la media  son Navarra, País Vasco, La Rioja, Galicia y Cantabria, por lo que también  observamos que dichas comunidades con competencia de educación no están haciendo su tarea entre las personas de 18 a 24 años y no digamos del aumento de ese abandono escolar donde se lleva la palma la Ciudad Autónoma de Ceuta, Islas Baleares, Murcia, Madrid y Cataluña.

         Expuesto lo anterior, tenemos que centrarnos en buscar puestos de trabajo con sentido de la responsabilidad y conocimiento para que no emigren los jóvenes, por tanto, las administraciones si quieren conservar el tesoro de la juventud y tener  un futuro prometedor de empleo, deben volcarse en la formación y sobre todo en la vocación de las carreras universitarias que éstos elijan, pues una gran mayoría tienen como único fin obtener el título universitario y sin conocimiento de la profesión en la que pueden ensamblarse, sólo lo obtienen para  colgarlo en la pared y servirles como entrada en cualquier otra actividad que ni conocen ni la sienten, por lo que el fracaso posterior se palpa aún mayor, ya que los estudios que hicieron han pasado por ellos como una locomotora a gran velocidad y sólo les ha quedado el recuerdo de los años vividos en la Facultad, pero pocos salen contestos  de la formación que han adquirido y de la información que han obtenido para el ejercicio de los estudios llevados a cabo y si  pretenden ejercer libremente  la profesión que han estudiado, aún lo tienen peor porque ni la hicieron con vocación ni en los estudios los formaron con la debida praxis profesional y eso está dejando un mercado variopinto, donde inician actividades profesionales muchos jóvenes y a los dos años las abandonan, porque la competencia es sumamente alta.

         Para terminar, la Formación Profesional sigue siendo algo peyorativo, cuando se está comprobando que son los que mejores se encajan en el mercado de trabajo y encima los más necesitados, pero si ese panorama no se adoba  con un esfuerzo de la sociedad para que este tipo de formación  tenga aliciente, llegará el momento como ya está ocurriendo que las grandes empresas que se instalan en España se dotan de trabajadores extranjeros porque aquí no existe esa mano de obra cualificada y si a  ello se le  une la falta de cotizantes para la Seguridad Social,  las pensiones de futuro correrán un grave peligro, por lo que tenemos que abrir la mano para la inmigración, ya que  de lo contrario  no existirá mano de obra sin cualificar de entre nuestros propios trabajadores, lo que  viene a traducirse en que la dotación de contingentes de la inmigración hay que abrirla sí o sí para que el mercado laboral siga vivo, aunque veamos con tristeza que a  nuestros   talentos   tengamos que recordarlos a través de programas de televisiones  con el seudónimo de “Españoles por el Mundo”.