Desde hacía décadas el respeto por la edad no sufría ni injusticias ni discriminaciones, porque tal vez se moría mucho más joven y no daba tiempo a discriminar como hoy viene ocurriendo por tener más años.
En la sociedad civil la gente de la tercera edad de hoy tiene derecho a vivir con plenas libertades y con sentido de la responsabilidad. Es más, en la vida pública y política, así como en la iglesia cada vez son más personas las que continúan su vida activa porque su larga experiencia y sus conocimientos les han hecho acreedores de mantenerse en sus puestos y profesiones, ya que sus años les han dado la suficiente experiencia para desarrollar actividades en las que la edad no influye para nada.
El edadismo es un concepto bastante simple y su definición sencillamente es la discriminación hacia las personas mayores, por lo que decir que se pertenece a la cuarta y tercera edad es igual que lo que viene ocurriendo con el racismo o con el sexismo, sin olvidar que la edad se alinea en generaciones y los entornos de la vida con decisiones muy importantes y con sentido de la responsabilidad y nunca para hacer el ridículo. Es cierto que el edadismo se está dando hoy en todas las culturas, porque existen muchas personas que al considerarse que son mayores, su vida debe cambiar para olvidarse de lo que ha hecho durante su actividad laboral y empezar otra bien distinta porque esa longevidad que les espera a veces es casi lo mismo que el tiempo trabajado, por lo que hasta critican a los mayores que siguen una actividad desenfrenada y en esa envidia no sana, les achacan de viejos y de gente que ya deben estar fuera del contexto profesional, laboral, público y político.
Es cierto que la edad te hace más vulnerable y necesitas más de otros, porque físicamente empiezas a padecer debilidades, pero eso no es en ningún momento motivo para ser discriminado y no querer que se ocupen puestos de responsabilidad por el mero hecho de ser mayores. Hoy, la gente joven discrimina sin ton ni son, porque quieren que los puestos de trabajo que ocupan los mayores pasen pronto a la jubilación para darles paso a ellos, sin saber que la experiencia y esas personas de más edad están suficientemente capacitadas para seguir mientras puedan en sus puestos altamente cualificados, porque su larga trayectoria les ha hecho fuertes, nada vulnerables, estudiosos y conocedores de los años en los que han vivido, pero hoy se les discrimina a esos mayores que quieren trabajar y además tienen la capacidad de hacerlo bien y hasta pueden ser contratados pese a las trabas que se les ponen para seguir rindiendo y que quienes se rodean de ellos conocen de primera mano la experiencia y el buen saber de sus años, pero discriminación, envidia y odio es lo que hoy prevalece en esta sociedad actual porque creen algunos que por tener más edad se es inferior, cuando es todo lo contrario y de hecho tenemos clarísimos ejemplos en el mundo.
Hemos pasado de prejubilaciones, jubilaciones anticipadas, invalideces creadas a medida y se ha llenado la sociedad de mucha gente joven que con buenas y calculadas pensiones han dejado en su mejor etapa vivida sus conocimientos y su quehacer lleno de experiencia, pero eso se está pagando hoy porque no consiste en quitar a personas de la vida laboral para que otros las ocupen, porque al final es como la pescadilla que se muerde la cola y más aún cuando a esas personas mayores se les rechaza y se les somete a burlas porque según algunos ya están en otra etapa y deben preocuparse de otras cosas, pues el joven o aquel de mediana edad es el que tiene el privilegio de estar lúcido y físicamente completo, pero el mayor debe retirarse y apartarse. Es más, hasta en la política se está “vendiendo” que el “joven” es el que debe capitanear la responsabilidad de los altos cargos o bien aparecer de números uno en las listas electorales porque la juventud atrae, cuando estamos viendo a diario que la gran mayoría procede del paro, no tienen experiencia y quienes se desenvuelven en las instituciones son aquellos de mayor edad con experiencia y sin estar estigmatizados, por lo que el edadismo institucional que hoy se vende no es más que un tipo de discriminación que está presente materialmente en aspectos objetivos de cómo funciona la sociedad. Por ejemplo, en la política de institucionalizaciones, los mayores son los más adecuados para dirigir con responsabilidad todo cuanto se les presente. Es curioso leer a algunos que cuando hablan de algún mayor ejercitan la expresión “éste debe de jubilarse”
Podíamos poner nombres de septuagenarios u octogenarios que han dirigido y dirigen el mundo, pero eso no interesa porque el edadismo se ha implantado, sin pensar que acudir a los mayores es acudir a la prosperidad, al sentido común y al conocimiento, pero esa discriminación y envidia por ellos tendrá pésimas consecuencias, ya que dentro de poco no se querrán ni a los menores de sesenta años para un puesto de trabajo, cuando curiosamente estamos pidiendo a millones de personas que se acojan a la jubilación activa para seguir su proyecto profesional y empresarial o de trabajo, pero claro, con el único fin de tener más dinero para pagar pensiones a aquellos que equivocadamente los prejubilaron o se fueron a la jubilación porque no tenían más remedio y el trabajo ya no existía para ellos. Ojo, se recuerda a estos jóvenes que discriminan y a sus tutores que a todo el mundo le llega su “San Martín” y seguiremos viendo cómo los talentos se marcharán de España para que en otros países no sean discriminados cuando lleguen a ser mayores por el edadismo.