El blog de José Blas Fernández

Un laboralista del siglo XXI

La tele-basura

Durante años hemos estado atentos a esas tele-novelas venezolanas que nos enseñaban cómo en un bonito cortijo con caballos y carrozas se enamoraban chicos vestidos a la usanza del rodeo y chicas de imposible amor sorteadas y cortejadas por varios caciques adinerados con barba de cuatro días, pistolas y camisas americanas. Era todo un ejemplo a seguir para que la juventud actual en lugares del alterne tiraran el wiski por la ventana y el ron “legendario” por los escotes de las “pibas”. Todo eso ha cansado a quienes después de comer no sabíamos qué canal localizar para relajarnos y dar la cabezada de costumbre que nos ponía en orbita para el segundo tiempo laboral, pues la música de fondo era relajante en la mayor parte de la película.

Se han muerto los caballos, las fincas con vaquerías y carretas de caballos han desaparecido y volvemos a corretear por las distintas cadenas de televisión para ver la tele-basura. Ahora la “miss” de turno la cogen infraganti besándose con el conde de “polla-boba” heredero del “Ducado de Dos Aguas” y ella niega su relación. Le sigue la guardería que por negligencia deja ahogarse a un niño con un caramelo, el techo de la casa que se hunde y el pobre inválido que no tiene ascensor para subir a su planta. Por si era poco, la adoban con las ratas de cañerías que circulan bajo tierra o la niña de trece años que un atrevido hombre maduro y amigo de la familia le enseña los genitales para darle más morbo a la noticia. Para no caer en ser cansino, un torero parapléjico llena la plaza y los bomberos apagan el fuego de la cocina de quien haciendo el amor en la casa del vecino se le quemaron los alcauciles por demasiada calentura en la vitrocerámica.

Esto es lo que vende. Estas son las noticias de impacto. Esta es la sociedad que hemos creado. Es decir, una total falta de valores, falta de respeto a la intimidad del vecino y, cómo algunos/as con tal de “trincar” hasta realizan querellas infundadas y aparentes letrados cortesanos explican cuánto tiempo estará en la cárcel según su demanda basada en el Código Penal. Toda una patraña de corrupción mediática, de desvergüenzas infundadas, de televidentes atentos y una audiencia en los escenarios de los programas con gastos pagados y bocadillos de mortadela con tal de aplaudir y prestarse a este juego sucio. Esta es nuestra televisión. Esta es la forma de educar a nuestros jóvenes y esta es la cultura que hemos creado. Con esto sólo hacemos gastar electricidad y dejar constancia de que tantos canales de televisión equivalen a miles de kilos de basura que sólo sirve para vomitar y dar asco. Creo que me apunto a la radio que es cien veces mejor y nos traslada un panorama mucho más acorde con la realidad social a seguir.